Antihistamínicos: una guía práctica para su uso
Los antihistamínicos son medicamentos que controlan reacciones alérgicas. En este artículo se encuentra información sobre cómo actúan en el cuerpo, los diferentes tipos de antihistamínicos y en qué momento utilizarlos para proteger la salud y evitar riesgos.
¿Qué son los antihistamínicos y para qué sirven?
Los antihistamínicos son medicamentos utilizados para aliviar diferentes tipos de alergias, tanto en la piel como en diferentes partes del cuerpo. Su función es disminuir síntomas como la picazón en la piel o los ojos, así como el goteo nasal.
¿Cómo actúan en el cuerpo los antihistamínicos?
En nuestro cuerpo existe una sustancia química llamada Histamina, presente en todos los tejidos del cuerpo. Cuando ocurre una reacción alérgica, la histamina se une a receptores de la célula y activa los síntomas de picazón, enrojecimiento, estornudos, goteo nasal y lagrimeo. Los antihistamínicos actúan bloqueando estos receptores para que la unión Histamina + receptor no se pueda llevar a cabo, de esta forma los síntomas disminuyen o incluso desaparecen.
Es importante recordar que los antihistamínicos sólo sirven para disminuir los síntomas de goteo nasal, picor y estornudos, pero no curan la causa de la alergia.
Principales usos de los antihistamínicos
Los principales usos de antihistamínicos son:
Tipos de antihistamínicos
Los antihistamínicos se clasifican en primera y segunda generación. Existe una tercera generación la cual es derivada de la segunda. Cada uno tiene funciones y efectos secundarios distintos.
¿En qué presentaciones se encuentran los antihistamínicos?
Los antihistamínicos los pueden encontrar en presentación de tabletas, gotas, crema , sprays nasales y también combinados con otros medicamentos, por ejemplo en jarabes.
¿Qué efectos secundarios pueden producir los antihistamínicos?
Los antihistamínicos son útiles para aliviar alergias, pero como cualquier medicamento pueden causar efectos secundarios. Estos dependen del tipo de antihistamínico (de primera o segunda generación).
En adultos mayores, los antihistamínicos de primera generación pueden aumentar el riesgo de caídas, confusión o retención urinaria.
¿Se pueden tomar los antihistamínicos por tiempo prolongado?
El tiempo que se debe tomar los antihistamínicos dependerá del diagnóstico e indicación del médico. En casos como la rinitis alérgica o la urticaria, el tratamiento puede durar varios meses. En cambio, para tratamientos como picaduras o conjuntivitis el tiempo de tratamiento puede ser de 3 a 5 días.
Antihistamínicos en niños, adultos mayores y embarazadas
Niños: Es mejor evitar el uso de antihistamínicos en bebés menores de 6 meses, especialmente los antihistamínicos de primera generación, porque pueden causar mucho sueño y otros efectos. A partir de los 6 meses, según sea el diagnóstico y la gravedad de la enfermedad, se pueden usar antihistamínicos de segunda generación. Los medicamentos, como la loratadina, rupatadina y ebastina, suelen ser recomendados a partir de los 2 años de edad. Siempre es importante ser evaluado por un pediatra antes de darle cualquier medicamento.
Adultos mayores: En personas mayores de 65 años, al igual que en los bebés, es recomendable evitar antihistamínicos de primera generación. Esto se debe a que pueden causar efectos secundarios como sueño, dificultad para controlar la orina, estreñimiento y visión borrosa. Es fundamental saber qué otros medicamentos está tomando el paciente para evitar interacciones que puedan causar efectos graves, especialmente en el adulto mayor.
Embarazadas y en lactancia: Durante el embarazo, es común usar medicamentos como el dimenhidrinato para aliviar los síntomas de náuseas y vómitos, siendo seguro para la madre y el bebe. En la lactancia, algunos antihistamínicos de primera generación pueden pasar a la leche materna y causar sueño en el bebe, por lo que se recomienda usar antihistamínicos de segunda generación, que tienen menos riesgo de afectar al lactante.
Mitos sobre los antihistamínicos
¿Se pueden combinar con otros medicamentos?
Los antihistamínicos pueden combinarse de forma segura con expectorantes o mucolíticos para aliviar síntomas respiratorios. Sin embargo, no se deben combinar con medicamentos para la depresión, problemas cardíacos, algunos antibióticos o tratamientos neurológicos, ya que pueden causar efectos adversos.
¿Cuándo acudir al médico por una alergia en vez de automedicarse?
Referencias